La importancia del tacto

El tacto es uno de los analizadores más importantes en la estesiología erótica; Su trascendencia está en relación con su carácter evidentemente libidinógeno, no tan sólo hacia las otras personas, sino también por su capacidad de autoerotización que conduce finalmente al orgasmo solitario.

La superficie externa de la piel o epidermis es un enorme campo receptor, y con referencia al estímulo erótico, su importancia es fundamental. Toda producción imaginativo-erótica, sea suscitada por el olfato, sea por la vista o el oído, tiene su inicio en la excitación o sensación de determinadas estructuras de la sensibilidad cutánea.

Las zonas erógenas fundamentales poseen finas y riquísimas papilas sensitivas: el glande masculino, recubierto por el prepucio; el escroto; los genitales femeninos; el clítoris; los pequeños labios y la vagina, junto con el cuello uterino. Pero además de estas zonas específicas, la mucosa labial y bucal, cuyo valor erótico es evidente, posee también características idénticas, con gran riqueza de papilas sensitivas.